Habitualmente, las ciudades sede de las finales de la Champions League se deciden con mucha antelación. Los diversos países y ciudades de Europa pujan por ser anfitriones de un evento que reúne a muchos hinchas y que moviliza millones en turismo.

Sin embargo, las circunstancias mundiales actuales hacen que sea muy difícil prever la situación sanitaria de un país con tanta anticipación. Por eso, y si bien la ciudad de Estambul había sido designada para albergar el choque decisivo, tal como el año pasado, todo parece indicar que se mudará.