En una antigua película protagonizada por Bill Murray y Richard Dreyffus, este último protagonizaba el rol de un psicólogo que había escrito un libro llamado "Pasitos de bebé". Lo deben haber leído los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Esta tarde, dieron su primer pasito de bebé en el camino a resolver el litigio por las clases presenciales entre Nación y Ciudad, declarándose competente, como lo había indicado el viernes la Procuración General de la Nación, en su dictámen, que no se basó en otra cosa que en profusa y pacífica jurisprudencia de la propia Corte.

El paso fue un poco mas grande para el presidente Alberto Fernández, que en la coferencia de prensa posterior a su reunión con Horacio Rodríguez Larreta, también el viernes, negó que la ciudad tuviese derecho a la competencia originaria del Alto Cuerpo, porque "no es una provincia".

En realidad, esa discusión tiene al menos 15 de zanjada. La propia Corte lo hizo, aceptando que la Constitución le da a la Ciudad Autónoma el mismo rango que a una provincia, cuando se trata de dirimir conflictos con la Nación u otros provincias. Extrañó en un profesor de derecho como es el presidente, que desconociese tal realidad.

Sin embargo, para todo el resto el pasito es lento. Le otorgó ahora al Estado Nacional, cinco días para que acerque sus fundamentos para la suspensión de las clases presenciales, lo que nos lleva a que no tomará una determinación antes del lunes próximo, en el mejor de los casos, cuando solo queden 4 días de la suspensión dictada por el presidente.

Fuentes cercanas al Tribunal dicen que es posible que el mismo gane unos días más, espere a que el DNU del presidente se venza y ya no sea aplicable, para declarar abstracta la cuestión. Poncio Pilatos era un aprendiz.