La Copa América corrió serio riesgo. El rechazo de algunos gobiernos para albergarla, la imposibilidad de otros, la situación sanitaria y hasta la voluntad de los jugadores, fueron obstáculos para la realización de un torneo que de hacerse tendrá un contexto inédito. Inclusive, aún se espera una determinación de la Justicia de Brasil para asegurar que se hará.

Sin embargo, la CONMEBOL ya piensa un paso más allá: tiene la pretensión de que en las instancias finales del campeonato haya público en los estadios. El encuentro jugado entre Colombia y Argentina en Barranquilla donde se permitió la presencia de 10 mil personas fue una prueba respecto de la cual la entidad que rige el fútbol sudamericano quedó conforme.

Según creen en las oficinas de la institución en Luque, Paraguay, el contexto de ese encuentro se pareció un poco más a la imagen que se pretende dar y todo salió como lo esperaban. Siempre fue un anhelo de la CONMEBOL jugar la competencia continental de selecciones con hinchas en las canchas.

Desde enero se plantea la posibilidad, pero las circunstancias tan particulares de este torneo, con dos anfitriones originales que renunciaron a la organización y una nueva sede de emergencia pareció alejar absolutamente esa posibilidad. Incluso, más allá de que no fue una condición, en charlas entre directivos de la Confederación y representantes del Gobierno Nacional, cuando aún se creía que la Copa podía organizarse en la Argentina, se charló sobre esta posibilidad.

Ahora, a pesar de que se disputará en un contexto sanitario complejo, desde la organización del torneo aspiran a pasar las primeras fases sin que se presenten nuevas dificultades, tanto entre la población de Brasil como entre las diversas delegaciones que disputarán el torneo.

Si todo marcha sobre ruedas, propondrán que las semifinales y la final se jueguen con espectadores en la cancha. Se trataría siempre de un porcentaje menor respecto de la capacidad total de los estadios. La final se jugará en el Maracaná, un estadio que acondicionado para el Mundial 2014 redujo su capacidad porque agregó butacas en todos los sectores y por eso puede albergar casi 80 mil personas.

Si se aplica el mismo porcentaje que se permitió en Barranquilla, podría haber casi 20 mil personas en el encuentro decisivo en Rio de Janeiro.