Nadie puede pedir que la gente no cometa errores. Y en materia de comunicación, en estas épocas de hiper conexión, esos errores son notorios, llamativos, se multiplican y diseminan y se hacen irreparables.

El ex presidente Mauricio Macri, dijo está semana que el Covid es como una "gripe un poco mas fuerte" y fue blanco de infinidad de críticas, algunas intencionadas para aprovechar el error, pero todas justificadas. Tanto, que debío salir a rectificarse y disculpase, en un país que está por llegar a los cien mil muertos por la pandemia.

La "gripezinha" de Jair Bolsonaro, otro país, Brasil, que es un mar de muertos y contagiados. Esa premisa que le costó caro al país carioca, debió servir de lección, pero no. Mal aconsejado, Macri volvió a errar feo en su comunicación.

Como tratar cada tema de actualidad cuando va a expresarse en público de modo concertado, es sustancial, analizar los temas, como los ve la gente, que afectación puede tener cada una de nuestras palabras, es una parte sustancial de la comunicación. Es cierto, pueden descolocarnos y sorprendernos con un tema no previsto, pero el Covid no puede ser uno de ellos.

Y si la decisión es "bolsonarizarse" para buscar el apoyo de los electores mas refractarios al gobierno, no podemos disculparnos luego, porque nadie sabe donde uno esta parado, es un disparate lo primero, pero si es buscado, mas disparate es lo segundo.

Desde el inicio de su período como ex presidente, Macri intentó mantener presencia pública, pero su comunicación fue entre errónea y repetida. Un ex presidente que además pretende volver a serlo, no puede decir las mismas cosas que un diputado opositor y menos decirlas después. Su dicurso debe ser seleccionado, original, propositivo, autocrítico (esto lo ha sido), con ideas nuevas y no con críticas repetidas, y sustancialmente, sin errores no forzados.

El ex presidente no puede olvidar, que padece una elevadísima imagen negativa y que la reversión de esa mala predisposición del elector, de resultar posible, lleva un trabajo constante y planificado, sin pifias producto de la mala planificación. Porque ahora Macri no solo tiene rivales externos sino también internos, no le basta con que el gobierno se desgaste.

Hay algunos en el espacio, los que todavía quieren que Macri vuelva a ser candidato presidencial, que no tan en broma piden una marcha a la casa de Marcos Peña: "Yo llevó la pancarta: Marcos volvé, te perdonamos", dice con sonrisa socarrona.