Parece que van a ganar el partido los brasileños de Bahía por copa Sudamericana. Debía enfrentar a Independiente de local. El Rojo jugó el domingo su partido por el campeonato argentino, dado que el sábado primero de mayo no hubo fútbol. Solo 48 hs. después, con un plantel reducido y limitado, debía enfrentar a Bahía.

El plantel se embarcó ayer en Ezeiza, y como mandan los protocolos actuales, se hisoparon antes de subir al avión, a todos los integrantes de la delegación el test les dio negativo. Pero cuando llegaron a Brasil, a 11 integrantes, según las autoridades bahienses, les dio positivo.

Entonces, los encerraron en el aeropuerto, y los mantuvieron 5 horas durante la noche en una zona de aislamiento, sin asientos, sin comer, sin agua. Seguramente puedan ganar. Por fin, a los 11 miembros de la delegación que consideraron positivos de Covid, los enviarán de vuelta a Buenos Aires, entre ellos los jugadores Juan Insaurralde, Pablo Hernández, Renzo Bacchia, Gonzalo Asís, Nicolas Messiniti, Lucas González, Thomas Ortega y Adrián Arregui. Todos,  ya estuvieron contagiados de coronavirus recientemente y se recuperaron de la enfermedad.

Además, también está entre los que deben volverse el técnico Pedro Monzón. Independiente se quedó sin jugadores para enfrentar el compromiso y sin técnico: el entrenador principal Julio Falcioni está con problemas personales, el segundo entrenador Picolli tiene Covid, y al tercero, Monzón, lo echaron de Brasil. 

En esas condiciones, la solución de CONMEBOL fue postergar el partido un día. Extraordinaria ventaja deportiva que se ampara desde dicha sospechosa asociación. No es la primera vez que estas cosas ocurren. En la final de la Coda Sudamericana frente a Flamengo en 2017, las autoridades permitieron que los hinchas del Fla invadieran el hotel donde estaba la delegación, permitieron que se ataque a los simpatizantes rojos que viajaron para alentar, y toleraron que se apedreara el micro que llevó al equipo hasta el estadio, que llegó con los vidrios rotos e incluso, con gases lacrimógenos dentro del vehículo, que claramente, lanzó la propia policía. Igual perdieron.