Ya en marzo, después de los dichos del conservador Papa Francisco, el sacerdote Tobias Schäfer, presbítero de la catedral de Worms, en Alemania, se mostró consternado por la instrucción del Vaticano y escribió en Facebook: "Si la Iglesia no puede bendecir donde quiera que personas anhelen una bendición, ¿no está renunciando a la más propia de sus tareas? La bendición no es un instrumento de juicio moral, sino la afirmación de que Dios está ahí, que camina con nosotros. En las buenas y en las malas”.