Horacio Rosatti es una rara avis. Viene de la política, es definidamente justicialista, fue ministro de Justicia de Néstor Kirchner y renunció en medio de un disgusto por no acatar ciertos mandatos presidenciales, según se dijo en aquellos tiempos.

Luego, fue designado ministro de la Corte Suprema de Justicia por Mauricio Macri, y fue, junto a Carlos Rosenkrantz, nombrado mediante un DNU que estuvo sometido a todo tipo de debates sobre su legalidad, hasta que el Congreso le dio el aval constitucional.