Max Verstappen ganó con toda solidez el GP de Estiria de F1 en la carrera más normal y gris del año, aunque llena de luchas en el pelotón medio, e interesante desde el punto de vista estratégico. 

La noticia es que nunca jamás en la Era V6 Turbo Híbrida un equipo que no fuera Mercedes logró cuatro victorias consecutivas. Es el auto, pero también es el piloto. Mantuvo un margen de dos décimas entre él y los Mercedes durante todo el fin de semana, en la vuelta más breve del calendario de la máxima, en el mayor contexto de paridad técnica no ya desde 2013, sino desde aquel 2009. 

No pasaron dos cosas que podían condicionar la carrera: en vez de lluvia, hubo un sol tórrido; eso benefició la duración de los neumáticos blandos y afirmó la decisión de ir a una parada, si se podía (todos los que concretaron dos lo hicieron por motivaciones estratégicas o por emergencias). En la vuelta 23 había un trencito de diez autos en la zona media, con compuestos y estrategias diferentes, y el blando no daba señales de agonía. 

Con Gasly borrado de la carrera por un toque de Leclerc al principio, el monegasco terminó con una remontada que confirmó lo que decía Sainz el sábado: "A una vuelta no fuimos bien, pero en ritmo de carrera estamos para pelear). Sobre Ferrari, dos cosas: 1) La palabra de Sainz Jr es transparente y sincera en una Ferrari acostumbrada a mentirse a sí misma desde hace muchos años, un valor agregado del español; 2) ¿Dónde hubiera terminado Leclerc sin esa parada tempranera? El joven maravilla de Maranello tiene que bajar su margen de error, porque su compañero casi no los comete. 

Mención especial para Russell, que abandonó tras varios problemas luego de protagonizar las mayores hazañas conductivas del día manejando un Williams que está en el fondo de la parrilla. 

En la vuelta 27 una mala parada de Pérez, que iba con blandos contra los medios de los Mercedes y de Max, produjo un efecto cascada y llevó a los tres de arriba a parar antes y poner los duros. Desde ese momento, Hamilton no tuvo ninguna chance de ganar la carrera salvo que se produjeran hechos azarosos o problemas técnicos: Verstappen indicó un par de veces problemas con los frenos, pero Hamilton, tras presionarlo al principio del stint, empezó a hacer notar problemas de blistering, y Mercedes descartó parar por segunda vez; ningún problema pasó a mayores.  

Así las cosas, para Mercedes fue 'minimizar daños' o, como se dice en el truco, '2x1 es negocio': segundo y tercero más vuelta rápida contra primero y cuarto era lo más que podían lograr los chicos de Toto Wolff. 

Es que la perspectiva es lóbrega para Ham: 1) Red Bull es un poco más rápido que Mercedes a una vuelta; 2) Max es un poco más rápido que él a una vuelta, a sus respectivas edades; 3) Max, templado como una cimitarra, no comete errores porque lo presionen ni porque se presione él; 4) La baza de Lewis, sus inagotables yeites para sacar tajada en situaciones clave de carrera, depende de que éstas se produzcan; 5) Si Max sigue sin cometer errores y le gana incluso en circuitos Mercedes como Paul Ricard y Spielberg, el neerlandés seguirá alejándose tan lenta cuan inexorablemente.