El canciller Héctor Timerman y legisladores de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado coincidieron en rechazar la estrategia británica que apunta a contemplar la autodeterminación de los habitantes de las Islas Malvinas para continuar con el dominio del territorio y el uso de sus recursos naturales.

Timerman recordó que en 1965 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció que el diferendo entre la Argentina y el Reino Unido era una manifestación de “un problema colonial” y que la única forma de afrontarlo “debía ser la negociación directa” debido a que se trataba de “un problema de integridad territorial” entre los dos países.

El funcionario aseguró que las Naciones Unidas hablaron de la necesidad de “respetar los intereses de los habitantes y no habló de respetar los deseos” de la población que desde 1983 es reconocida como británica de pleno derecho.

El diplomático subrayó que la ONU nunca aludió a los kelpers como una tercera parte del conflicto y precisó que los británicos “jamás aplicaron el concepto de autodeterminación en ninguno de sus territorios coloniales del pasado y del presente”.

En el mismo sentido se pronunciaron el radical Juan Carlos Marino, el socialista Rubén Giustiniani y el ex senador y ex ministro radical Rodolfo Terragno.

“El propio Parlamento británico sancionó la ley llamada Brtish Nationality Flkland Islands Act 1983, la cual estableció que los isleños son –lisa y llanamente- británicos. Es decir, que no constituyen, en los términos de la ONU, un pueblo, razón por la cual no les asiste el derecho de autodeterminación. Ya que un grupo de británicos no puede ser árbitro de un conflicto entre su propio país y la Argentina, no pueden los isleños ser juez y parte”, señaló Terragno, ex senador nacional.