Una de las cuestiones más maravillosas de la Fórmula 1 es el hecho de que a pesar de la enorme tecnología que se utiliza en los monoplazas, siempre puede haber fallos inesperados que modifiquen el destino de la carrera.

El último domingo, en el Gran Premio de Mónaco, uno de los más emblemáticos, el segundo piloto de Mercedes, Valtteri Bottas, estaba en la segunda colocación. Lo seguía al líder Max Verstappen con aspiraciones, más allá de que se trate de un circuito donde sobrepasar a un rival es muy complejo. Cabía la posibilidad de realizar una buena parada y aguardar por un error en el box de Red Bull.

Pero el error, de difícil atribución, ocurrió en el de Mercedes. Bottas se detuvo a cambiar gomas y tres de sus ruedas fueron retiradas con total normalidad, pero una de ellas jamás salió.

Los mecánicos utilizaron la pistola extractora, hicieron fuerza e intentaron de todas las formas posibles, pero no hubo caso: el finlandés debió abandonar. Lo más curioso, es que hasta el día de hoy no han podido retirar la tuerca y por consecuencia tampoco la rueda.

“Si no conseguimos que la pistola de la rueda entre limpia en la tuerca, se pueden astillar las caras de giro de la misma. Es como cuando agarras un destornillador de cabeza Phillips y no lo pones bien en la cruz del destornillador”, explicó James Allison, director técnico del equipo.

En consecuencia, el auto sigue parado en uno de los garajes de la escudería y requerirá ser trasladado a Brackley, Inglaterra, donde se encuentra la fábrica de Mercedes. Allí, según explicó Allison, se utilizará un taladro de alta potencia para intentar remover finalmente la ya infame tuerca.

El director general del equipo, Toto Wolff, evitó reducir la cuestión a un error humano en la extracción y hasta sugirió la necesidad de revisar el material y el diseño con el que están hechas las tuercas del auto. Además, intentó despersonalizar el fallo: “El mecánico que hizo esto es uno de los mejores y más veloces de todos los de parada en boxes. Así que siempre hay cosas que se juntan, nunca es culpa de alguien. Son siempre diversos factores”.