Si un asteroide de 10 km de ancho está a seis meses de distancia de impacto de la tierra ¿es posible evitar una catástrofe que acabe con el planeta? La respuesta, desde una perspectiva puramente técnica, parece ser sí.

"Mostramos que la humanidad ha cruzado un umbral tecnológico para evitar que 'seguimos el camino de los dinosaurios'", concluyen el profesor Philip Lubin y Alex Cohen, ambos investigadores de física de la Universidad de California en Santa Bárbara, en su artículo publicado esta semana en la base de datos Arxiv .

El análisis de 15 páginas comienza sopesando la escala de la amenaza que representa un asteroide de 10 km de ancho y concluye que tendría una energía de impacto similar a la del asteroide que provocó la extinción de los dinosaurios hace 66 millones de años.

Permitir que un objeto de este tipo ingrese a la atmósfera de la Tierra podría, en un escenario extremo, resultar en aumentos asombrosos de la temperatura atmosférica de 300 ° C, destruyendo prácticamente toda la vida en la Tierra.

Se consideran los méritos de las diferentes opciones, siendo el método PI (Pulverize It) uno de los preferidos. Esto implicaría el uso de una serie de penetradores para inyectar detonadores nucleares que dividirían el asteroide en fragmentos que no alcanzarían a la Tierra por completo (para asteroides más grandes) o serían lo suficientemente pequeños como para quemarse en la atmósfera (para asteroides de menos de 1 km de ancho). Los fragmentos radiactivos que golpean la Tierra no serían una gran preocupación.