Wimbledon resultó un trago amargo para Roger Federer. Era poco esperable que en el año de su regreso tras la lesión más larga de su carrera pudiese llegar a la final del torneo, pero la categórica derrota en cuartos de final ante el joven polaco Hubert Hurkacz por 6-3, 7-6 y 6-0 caló hondo en su ánimo. De hecho, afirmó que necesitaría de un largo tiempo para digerir la caída.

Sin embargo, el resultado deportivo no parece ser lo único que salió mal: sufrió un retroceso en la recuperación de la lesión en su rodilla y no jugará los Juegos Olímpicos. “Durante la temporada de césped, desafortunadamente experimenté un retroceso respecto a mi rodilla y tendré que renunciar a los Juegos Olímpicos de Tokio”, expresó el suizo mediante redes sociales.

Hace aproximadamente un mes había sido confirmado por el equipo olímpico de su país, lo que había despertado una gran ilusión entre sus compatriotas y en los amantes del tenis. Sin embargo, dada la inminencia del comienzo de la gran cita del deporte, no llega con los tiempos de la recuperación: “Estoy muy decepcionado porque ha sido siempre un gran honor y un evento destacado en mi carrera cada vez que he representado a Suiza”.

Federer obtuvo una medalla de plata en singles y una de oro en dobles junto a Stanistas Wawrinka, por lo que su renuncia, a un mes de cumplir 40 años, parece dejarlo sin chances de obtener el último título de importancia que le faltaba.

El ex 1° del ranking de la ATP se consagró en todos los torneos de Grand Slam y en la Copa Davis. Por último, en su comunicado deseó suerte a toda la delegación de su país y dio algún indicio de su posible vuelta. “Ya comencé con la rehabilitación y espero poder retornar al tour durante este mismo verano”, afirmó, refiriéndose a la estación del año en la que se encuentra el hemisferio norte actualmente y que dura hasta el 21 de septiembre.