El segundo choque de cuartos de final de la Eurocopa enfrentaba al mejor equipo de la fase de grupos frente a un seleccionado con nombres de lo mejor del Viejo Continente. Italia, elogiada por su nivel pero con un signo de interrogación ante equipos de primer nivel, dio su gran examen y eliminó a un equipo pesado.

En Múnich, derrotó con justicia a Bélgica por 2 a 1 y se clasificó a las semifinales. Nicólo Barella y Lorenzo Insigne convirtieron los primeros tantos y Romelu Lukaku descontó.

Dado que son dos equipos que pueden sentirse cómodos con diversos planes de juego, era poco previsible con qué postura podía salir cada uno. Si bien no hubo un dominador total y absoluto de la pelota, el tres veces campeón del mundo trabajó más con la posesión, y elaboró jugadas con mayor cantidad de pases, aunque más lentas.

El equipo de Roberto Martínez adoptó una postura más retrasada y creó jugadas menos elaboradas pero más veloces. Durante los primeros minutos, Italia parecía más sólida. Pero luego de que le invalidaron un gol correctamente por posición adelantada, Bélgica se encendió y tuvo un par de transiciones veloces y claras. La más nítida fue una que condujo Kevin De Bruyne y que finalizó con un buen remate de zurda de afuera del área.

Sin embargo, el que pegó primero fue el que durante más tiempo mostró un mejor rendimiento. Luego de una pelota parada mal jugada, Jan Vertonghen quiso salir jugando y la perdió fácilmente. Marco Verrati robó, se la dio a Barella en el área y el del Inter fue contra los defensores y pasó entre dos, a pesar de haber perdido el equilibrio. Luego, cruzó un tiro violento de derecha y estampó el 1 a 0.

En ningún caso el tanto modificó los planes. El equipo de Roberto Mancini tuvo incluso más la posesión, como método de elaboración colectiva y como forma de defenderse.

Por momentos, el fútbol de la Azzurra fue de muy alto vuelo. Cuando el primer tiempo se moría, Lorenzo Insigne, el más talentoso del equipo, le puso su firma a la Eurocopa. Le bastó con sacarse de encima solamente a Yuri Tielemans para hacerse el espacio para sacar un remate extraordinario al segundo palo y de esa manera vencer a Thibaut Courtois.

No parecía haber tiempo para más, pero Bélgica reaccionó a tiempo, para salir al segundo tiempo con chances concretas. Jérémy Doku, de impactante velocidad en espacios cortos, aceleró, Giovanni Di Lorenzo lo acompañó y lo desplazó muy levemente con el brazo.

El árbitro dio penal, ante una acción que por estas latitudes no podría cobrarse ni de casualidad. Lukaku, desde los 12 pasos, descontó. El potencial individual de Bélgica nunca pudo ante el impecable partido en conjunto de Italia. No le faltan jugadores de jerarquía que marcan la diferencia con su sola presencia, como Jorginho o Insigne, pero, además, funciona colectivamente.

En la segunda mitad, si bien Lukaku tuvo su oportunidad de empatar con un tiro que terminó dando en Leonardo Spinazzolla, el equipo de Martínez no mostró mayor reacción. A partir de que el entrenador movió el banco, la actitud se modificó. Con los ingresos de Dries Mertens y Nacer Chadli, el equipo se adelantó definitivamente y rompió el partido.

Ya no hubo mitad de cancha y todo se hizo de ida y vuelta, aunque con Italia más entera. Curiosamente, tras la primera acción en la que pudo intervenir, Chadli sufrió una lesión en la rodilla y debió dejarle su lugar a Dennis Praet.

Los ataques belgas fueron espasmódicos. Si bien la potencia de Lukaku, la sapiencia de De Bruyne o el desequilibrio de Doku podrían haber generado el empate en cualquier momento, no hubo conexiones ni asociaciones entre esas grandes figuras. Prácticamente no tuvo chances de gol en el complemento, ni siquiera ante la necesidad.

Italia se llevó el partido y la clasificación que confirma su resurgimiento como un equipo distinto al histórico, encasillado en la figura del catenaccio que tantas veces implementó y que tantas otras se le adjudicó sin motivos. Hoy muestra una idea acorde a los futbolistas con los que cuenta, mucho más ofensiva y de mayor brillo para el espectador. En las semifinales chocará con otro rival de importancia: España.