Lo de Dinamarca empezó lindando la tragedia. En su primer encuentro del torneo con Finlandia, su estrella Christian Erikssen murió unos minutos en el campo de juego. Lo reanimaron, los hospitalizaron y un par de horas después del partido siguió. Lógicamente, Dinamarca perdió. El partido siguiente, volvió a perder y parecía afuera de todo.

Pero se sobrepuso, con fútbol, con carácter, con funcionamiento. Goleó el tercer partido y clasificó, paso fácil los octavos y ahora en cuartos, se impuso a República Checa, un duro rival, por 2 a 1 y esta en semifinales.

El primer tiempo fue danés, de principio a fin. A los cinco minutos nomás Delaney la mando a guardar y Checa no tuvo reacción. Dinamarca pudo haber marcado mas diferencias todavía, solo le falto concretar, hasta que a los 42 minutos, Dolberg puso el 2 a 0 y parecía sentenciar el partido.

Pero, se dijo, República Checa no es un hueso sencillo de roer. Entró distinto el segundo tiempo, metió un par de cambios y fue. Y a los 4 minutos, el goleador de la Eurocopa, Schick descontó y metió a su selección en partido.

Como hasta los 20 minutos dominaron los checos, y pudieron empatar, empujando sin fútbol vistoso, pero merodeaban. Luego el impulso pasó, Dinamarca emparejó un poco las acciones y ya a los 30 minutos el partido era parejo, los daneses lo dominaban táctica y anímicamente y llevaron el resultado hasta el final.