"Estos compuestos siempre han existido, solo que no los conocíamos", afirma el químico Henrik Grum Kjærgaard, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca). "Pero el hecho de que ahora tengamos pruebas de que los compuestos se forman y viven durante cierto tiempo significa que es posible estudiar su efecto y responder si resultan ser peligrosos", subrayó.