El descubrimiento de un enorme cráneo fosilizado que estaba envuelto y escondido en un pozo chino hace casi 90 años ha obligado a los científicos a reescribir la historia de la evolución humana.

El análisis de los restos ha revelado una nueva rama del árbol genealógico humano que apunta a un grupo hermano previamente desconocido más relacionado con los humanos modernos que los neandertales.