"Nosotros ya pagamos un costo altísimo el año pasado, haciendonos cargo de todo lo que en realidad les corresponde a los gobernadores y los intendentes. Este es un año electoral y clave, que ahora se hagan cargo ellos", le dijo a Continentalweb una altísima fuente de Casa de Gobierno.

Todos saben que las restricciones están mal vistas, que hay que intentar instrumentarlas, porque la segunda ola ya llegó, pero nadie quiere pagar el costo, porque este es un año electoral y muchas cosas se definen en las urnas.

Menos que nadie, quiere pagarlo el presidente Alberto Fernández, quien considera que buena parte se su erosionada imagen pública, se debe a las medidas restrictivas que tomó el año pasado, que terminaron generando un fuerte golpe económico a la población.

Es cierto que si no se toman medidas puede haber una crisis sanitaria fenomenal y que eso también acarrearía un alto costo, pero la idea de los hombres cercanos al presidente es trasladar la responsabilidad a los líderes provinciales.

Lo cierto es que el efecto real de tal intención es dudoso. Porque si las cosas salen mal, sea desde el punto de vista de la salud o del rechazo a las restricciones, va a ser muy díficil que el presidente no lo pague en imagen. El papel protagónico que tuvo en 2020 no se borra de la cabeza de la gente de un día para el otro, o porque así lo pergeñen en la Rosada.