En los últimos 540 millones de años, la Tierra ha padecido cinco episodios de extinción masiva, cada uno de los cuales ha coincidido con procesos que han trastornado el ciclo natural de absorción de carbono en la atmósfera y los océanos. Estas perturbaciones tuvieron lugar durante miles o millones de años, y acabaron dando lugar a la extinción de especies marinas en el mundo.

Según el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) en base a un estudio matemático relacionado con las emisiones de carbono actuales la próxima extinción masiva se iniciaría alrededor del año 2100. A partir de ese momento el planeta entrará en un "territorio desconocido", un período inestable de fuertes catástrofes.

Los científicos construyeron su hipótesis contrastando las mediciones actuales con los datos obtenidos de los registros históricos. Rothman había trabajado anteriormente en el estudio de la extinción del Pérmico, hace unos 250 millones de años, en la que desaparecieron más del 95% de las especies marinas del mundo, entre otros factores, a causa del aumento de los gases de efecto invernadero.

A partir de ahí, se planteó si las emisiones actuales de CO2 podrían acabar teniendo un efecto similar. Aunque para ello debería buscar una forma de comparar un evento geológico que pudo durar miles o millones de años con un fenómeno cuyo estudio está limitado a dos siglos, desde el inicio de la industrialización.

Para ello, ideó una fórmula matemática que relacionaba el ritmo y la magnitud de los cambios en el ciclo del carbono con los períodos de tiempo en el que estos se habían producido. Para comprobar si el modelo funcionaba analizó cientos de artículos de geoquímica e identificó 31 eventos producidos en los últimos 542 millones de años en los que se había producido cambios significativos en el ciclo del carbono del planeta debido a causas naturales. Después midió la naturaleza y la duración de esos cambios y los asoció con la cantidad de CO2 absorbido por el océano en aquellos momentos.

Para ello, Rothman aisló un umbral común identificado en la mayoría de los 31 eventos. Los datos mostraban que casi todos fueron muy benignos, sin grandes consecuencias para la estabilidad del planeta. Sin embargo, detectó que hasta cuatro de los cinco períodos en los que se habían producido extinciones masivas habían superado ese umbral, calculado en 310.000 millones de toneladas de CO2, una cantidad a la que, según las estimaciones, llegaremos en 2100. Entonces el planeta volverá a pasar por un período que podría haber experimentado ya en otras cinco ocasiones, aunque esta sería la única vez en la que la humanidad sea testigo de ello.