Para festejar los aniversarios del 25 de mayo, se instaló la costumbre de comer un locro. Sin embargo, el festejo gastronómico no tiene raigambre histórica. “No hay fuentes documentales que digan que se comía locro en la Buenos Aires de 1810. La gente que vivía en el centro de la ciudad, los criollos de clase alta y los españoles, comían a la española” explicó Carina Perticone, semióloga que está especializada en estudios sobre la alimentación y su relación con la cultura.

Ni siquiera se comía en aquella época pastelitos o churros, algo que también comemos como recordatorio, quien sabe de que. En cambio, sí se tomaba chocolate caliente, entre los sectores ricos de la sociedad.

Lo que se comía entre la mayoría de la gente era algo llamado "olla podrida", que por el simple nombre no sería ingerido hoy. Era un potaje que llevaba la carne que se tuviera a mano y la verdura disponible, es decir, cualquier cosa. "El vegetal más esperado era el choclo de verano y, durante los banquetes, el menú se componía de aves asadas, mucha perdiz, pato y pollo. El pavo era el plato de lujo”, según la reconstrucción de Perticone en la web de Minutouno.com