En compañía de su esposa, la Reina consorte Camila de Cornualles, el Rey Carlos III de Inglaterra se dirigió este lunes ante miembros del Parlamento Británico en un emotivo discurso en reconocimiento a la labor de su fallecida madre, la Reina Isabel II. 

Ante los miembros de la cámara Alta de Lores y la cámara Baja de los Comunes, Su Majestad pronunció: “Señores y miembros de la Cámara de los Comunes, nos reunimos hoy para recordar la notable duración del servicio dedicado de la Reina a sus naciones y pueblos. Siendo muy joven, su difunta Majestad se comprometió a servir a su país y a su pueblo y a mantener los preciosos principios del gobierno constitucional que constituyen el corazón de nuestra nación”, y afirmó sentir el ”peso de la historia" al presentarse ante sus nuevas funciones como Rey.

En su sentido discurso, recordó las labores de su madre y reconoció que por 70 años de Reinado defendió el peso de las tradiciones lo que permite mantener una conexión con el pasado. Poéticamente se refirió a ella como “un modelo para todos los príncipes vivos”, según palabras de Shakespeare.

Previamente el Presidente de la Cámara alta de los Lores, Lord McFall de Alcluith, rindió homenaje a la Monarca al decir: “La alegre presencia de nuestra difunta Majestad, sin descanso y tranquilizadora, a lo largo de los años, hacía difícil contemplar que ese tipo de reinado, largo e inspirador, de devoción profunda y sin parangón, terminara alguna vez”, y expresó sentirse ”orgulloso y honrado" de recibir al Rey en el Parlamento, a quien le prometió su lealtad.

Asimismo Sir Lindsay Hoyle se pronunció ante el Rey Carlos III en nombre de la Cámara de los Comunes: "Aunque nuestro dolor es profundo, sabemos que el suyo es más profundo. Le ofrecemos nuestro más sincero pésame a usted y a toda la familia real”, extendiendo su pésame a toda la familia también.

Al finalizar su discurso, el Rey en pleno acto de sus labores, emprendió el camino hacia Edimburgo, Escocia en donde acompañará al cortejo fúnebre de la Reina Isabel II hasta la Catedral de Saint Giles, para luego asistir al funeral en la Abadía de Westminster.