La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) aumentaron en las últimas semanas las advertencias ante el crecimiento del negocio de las vacunas falsas contra el coronavirus, en momentos en los que la escasez de inoculantes afecta el avance de las campañas de inmunización en numerosos países.

Todo este tipo de comercialización se da en la denomina internet oscura, un segmento de navegación muy utilizado para todo tipo de acciones ilegales que se puede acceder por medio de herramientas de búsquedas específicas.

Al respecto, los investigadores de la firma de ciberseguridad Check Point han estado monitoreando foros de hackers y otros sitios de comercio desde enero, cuando empezaron a salir los avisos ofreciendo las vacunas.

Más allá que el foco está puesto en la comercialización de las vacunas, también hay registros de pasaportes de vacunación y certificados falsos de pruebas negativas. “Algunos ministerios de salud y autoridades reguladoras han recibido sospechosas ofertas de vacunas, y también hemos detectado que algunas dosis se reintroducen en la cadena de distribución sin mantener el adecuado almacenamiento en frío”, alertó recientemente en conferencia de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Según el funcionario etíope, bandas criminales comercializan ilegalmente supuestas vacunas contra la Covid-19 -en su mayoría dosis adulteradas, falsas o rellenadas- en la denominada Internet Profunda, la zona de la la web a la que no se accede con los motores de búsqueda tradicionales.

“Cualquier vacuna comprada fuera de las redes sanitarias gubernamentales podría estar por debajo de los estándares o adulterada, y tiene el potencial de causar graves daños”, advirtió Tedros, quien también instó a los países a extremar la alerta y denunciar cualquier venta sospechosa de vacunas.

Interpol, por su parte, también ha realizado las mismas recomendaciones en reiteradas oportunidades. En diciembre de 2020 emitió un aviso global naranja en el que catalogó este negocio como una “ amenaza grave e inminente para la seguridad pública “, al considerar que hoy por hoy las vacunas representan “oro liquido”.