Cuando uno está en la cancha, su equipo ataca y la pelota va hacia el arco, y se nos escapa el grito de gol antes que la pelota cruce la línea, si algo se interpone y el balón termina no entrando, todos a nuestro alrededor nos miran mal. Es que, es sabido: los goles no se gritan antes de que la pelota entre. Es una máxima irrevocable del fútbol,,,y de la política, no se gana antes de los números oficiales.

Los partidos políticos suelen tener datos mas aceitados que los boca de urna de los encuestadores, porque ya está claro, la gente le miente al encuestador. Pero las organizaciones políticas con volumen tienen lo que llaman "mesas testigos".

Son mesas cuyos resultados suelen ser representativos de toda una región. Esta estudiado, una determinada mesa de San Isidro, por ejemplo, da los mismo porcentajes que la totalidad del distrito. Históricamente ocurre así, eso le da el carácter de "mesa testigo". Lo mismo ocurre en La Matanza o Florencio Varela.

Bastaba entonces con que los fiscales pasen esos resultados al centro de cómputos propio, para darle un panorama más o menos exacto a sus partidos de "como viene la mano". Ese dato, llevó a los mas altos dirigentes del Frente de Todos a festejar en el escenario. La candidata Victoria Tolosa Paz, su número dos, Daniel Gollán, Máximo Kirchner, Axel Kicillof, bailaron felices en el escenario a las 20 horas, basados en mesas testigo.

Más allá del error estratégico de salir a festejar con datos tan provisorios, el sistema de mesas testigo también entra en cuestión, tanto como las encuestas y sus errores. Ya no hay mesas que reflejen nada, los políticos ya no pueden estar seguros de datos que otrora les resultaban certeros. La política entró en una incertidumbre particular y tal vez deba ser bienvenido, es un síntoma más de la consolidación de la soberanía popular.