Una encuesta recientemente publicada por una comunidad empresarial china en los Estados Unidos, presentó una imagen deprimente de las empresas chinas que operan en ese país, dado que los empresarios están cada vez más preocupados por cómo navegar a través de aguas desconocidas en medio de relaciones bilaterales deterioradas entre las dos economías más grandes del mundo y lo que entienden es "una creciente retórica anti-China".