Hechos de corrupción se han investigado muchos, algunos de mayor gravedad que otros, algunos involucraban a funcionarios de mayor rango y otros menos relevantes, los hubo más curiosos (como los bolsos en el convento) y más ordinarios, con participación de empresarios más reconocidos y otros menos.

Pero, una denuncia del volumen de la que envuelve al empresario farmaceútico Hugo Sigman y el ex ministro de Salud Ginés González García, relacionada con un negocio espurio multimillonario, que a su vez consistía en la provisión de vacunas para paliar la enfermedad que ha matado a decenas de miles de argentinos y ha enviado a la miseria a varios millones, probablemente sea el caso más aberrante del que vaya a tenerse memoria.

Ahora la justicia investiga una causa en la que se presume que el gobierno argentino, mediante el ex ministro de Salud, Ginés González García y varios de sus funcionarios, congelaron la negociación con la empresa Pfizer para la provisión de vacunas, para priorizar la compra de vacunas Astrazeneca, mediante el llamado grupo Insud Pharma, propiedad del empresario Hugo Sigman, viejo amigo de Ginés, empresa en la que también trabajaron funcionarios involucrados.

El gobierno argentino habría adquirido 22 millones de vacunas Astrazeneca a la empresa de Sigman, para lo cual habría adelantado el 60% del pago del total de esas vacunas, por un valor de 54 millones de dólares, pero jamás recibió ni una sola vacuna.

En ámbitos judiciales le dan mucho crédito a la denuncia y la investigación, dicen que está muy bien documentada y que “el hilo conductor de los hechos parece probado, la investigación va a ser corta y va a reforzar lo que ya se tiene, y además, agregar responsables”.

Cuando la fuente habla de “agregar” se refiere a toda la familia Sigman, especialmente los hijos de Hugo: Leandro Sigman, presidente del grupo Insud Pharma y Lucas Sigman, Director General de Chemo, la división industrial del grupo. En definitiva, los hijos de Sigman, podrían ser los que peor la pasen si esto avanza.

Tanto su padre como el ex ministro, de caber una condena, enfrentarían prisión domiciliaria por ser mayores de 70 años. Los herederos del imperio Sigman, si sus responsabilidades se confirman, podrían envejecer en prisión.