Una guerra narco, que hasta ahora solamente había salido a la luz en Rosario, explotó en la Provincia de Buenos Aires y terminó con una masacre por el evenenamiento de la droga, en principio con veneno para ratas, y se cobró casi dos decenas de vidas.

A estas altura, las pesquisas policiales dieron con 10 personas a las que detuvieron, que podrían haber vendido la droga, pero no necesariamente son quienes la envenenaron, es principio carecería a lógica porque estarían sepultando su propio negocio.

Es extraño que estas detenciones se hayan resulto con tanta rapidez, dado que en principio, el Estado debe prevenir la comisión de los delitos y si pudieron descubrir a los vendedores pocas horas después de los fallecimientos es porque estaban expuestos para ser detenidos con facilidad.

El hecho de tener un guerra narco en el courbano bonaerense urge a las autoridades federales a tomar cartas en el asunto. El narcotráfico es un delito federal y por ende de competencia nacional, simplemente por que con toda lógica se ha considerado que las organizaciones que llevan a cabo estos delitos exceden las posibilidades de las fuerzas locales.