Con apenas un par de celulares y una trama bien organizada, dos presos armaron una trama para extorsionar sexualmente a víctimas preseleccionadas, haciéndose pasar por mujeres que tenían charlas de alto contenido sexual con las vícitmas, a quienes contactaban por redes sociales.

Luego, se hacían pasar por policías frente a esos mismos hombres, les pedían dinero para frenar las supuestas denuncias penales por esas charlas. Así, los engañaban y extorsionaban. Fueron 11 extorsiones de los cuales, según la investigación judicial, en tres obtuvieron la recompensa en dinero que buscaban.

Los presos fueron identificados como Maximiliano Valenzisi, de 32 años, y Gabriel Torres, de 54, los dos detenidos en la cárcel bonaerense de Magdalena donde cumplen condena por distintos delitos, entre ellos homicidio. Y los acompañaban sus respectivas parejas, Alejandra Alarcón, de 26 años, y Rosana Giles, de 46, ahora también detenidas.

La jueza de instrucción Paula González los procesó hace una semana por los delitos de asociación ilícita y extorsión reiterada, tras una investigación de la Fiscalía de La Boca, a cargo de Marcelo Martínez Burgos y Susana Calleja, que comenzó en abril pasado tras la denuncia que presentó un hombre que quiso ser extorsionado por la banda.

La justicia encontró una puesta en escena que incluía actuaciones, personajes ficticios y hasta efectos especiales. Todo con un convencimiento que les permitió extorsionar a hombres que les transfirieron plata a cambio de no ser denunciados y detenidos.

La estafa se iniciaba en Facebook. Los acusados creaban perfiles falsos con fotos de mujeres jóvenes –”Ximena González”, “Jesica Rodríguez”, “Stefany Rodríguez”, “Macarena Ayala”, “Mariela López”, “Paula Ledesma”- y desde allí contactaban a hombres mayores de edad.

Los seducían, los invitaban a chalar de sexo, promesas de futuros encuentros. Después las charlas continuaban por Whatsapp –donde tenían la misma foto de la falsa mujer joven que en Facebook-, y así ya tenían el número de teléfono del futuro extorsionado. Por Whatsapp las charlas sexuales continuaban e incluían el envío de videos y audios.