Definitivamente, Defensa y Justicia estuvo a la altura del encuentro que jugó. El conjunto de la provincia de Buenos Aires disputó la segunda final internacional de su historia y lo hizo con hidalguía.

Mereció mejor suerte, pero perdió 2 a 1 con tantos de Rony y Gustavo Scarpa. Braian Romero había empatado para los de Varela. El Halcón le imprimió al encuentro su habitual intensidad en los primeros minutos. Robaba y salía a toda velocidad y directo al arco.

A los cuatro minutos lo tuvo con claridad cuand Romero a la carrera definió muy fuerte pero Weverton atajó muy bien. El conjunto argentino estaba bastante mejor en el partido, pero el Palmeiras encontró en un contraataque a su mayor figura: Rony.

El ex Athletico Parananense ganó a las espaldas de los centrales y la tocó por arriba ante la salida de Ezequiel Unsain y a los 16 minutos concretó una ventaja poco justificada. Tras el tanto, durante algunos minutos el trámite se hizo más parejo.

Pero luego, otra vez Defensa volvió a imponer su juego con claridad aunque sin tantas ocasiones nítidas. En el toque final le faltó tomar mejores decisiones. Fue mucho por el sector izquierdo, por donde Carlos Rotondi apareció muy libre pero nunca pudo finalizar con un centro preciso o un pase atrás.

En el arranque de la segunda mitad, otra vez el local dejó espacios a la espalda que pudo lamentar, pero en este caso, Breno, autor del gol agónico en la final de la Libertadores, definió mal. Sin embargo, la pelota la tenía el equipo de Sebastián Beccacece que lograba imponer en ataque las condiciones que pretendía para el partido.

A los 12 del segundo tiempo, Adonis Frías rompió con su conducción desde el fondo, se la dio a Walter Bou que jugó toda la noche a la espalda de Felipe Melo y el ex Boca asistió al implacable Romero, que ante la salida del arquero, empató el encuentro. Otra vez el gol, en este caso a favor del equipo argentino, alteró la toma del protagonismo.

Palmeiras se adelantó y mostró que con un par de toques, a partir de su jerarquía podía generar peligro. Además, a diferencia de lo sucedido en el primer tiempo, el dominio fue sostenido. A los 20, Gustavo Scarpa, que ingresó en el segundo tiempo, avisó con un zurdazo de tiro libre.

Y menos de 10 minutos después mostró que no fue casualidad. Desde un poco más lejos aún, le dio con más efecto y un poco más alto y venció la resistencia de Unsain, que llegó a tocarla pero no a desviarla. La acción del tanto surgió de una infracción de Frías totalmente evitable, ante un pelotazo que no parecía llevar peligro.

El equipo paulista no volvió a ceder el control del encuentro. Mantuvo la pelota, pero además le cortó los caminos al equipo de Beccacece con mucha más efectividad que antes. Mucho tuvo que ver en eso el ingreso de Patrick de Paula por Felipe Melo.

Romero, que fue de lo mejor del Halcón, hizo una jugada a falta de 10 minutos que de haber terminado en gol hubiese sido totalmente memorable. Amagó a patear, tiró un sombrero formidable y de volea definió de zurda, pero le salió muy al medio.

Dos minutos más tarde, Matías Rodríguez llegó al vértice derecho del área, tiró un centro al segundo palo y Bou definió para empatar el encuentro. Inmediatamente el línea levantó la bandera y anuló el tanto. La decisión fue confirmada por el VAR. La posición adelantada fue de Romero, que entraba por el centro pero que no intervino ni en la búsqueda de la pelota ni en la visión del arquero. Quizás pudo molestar en el salto de Gustavo Gómez, pero es una acción muy discutible.

El conjunto de Florencio Varela sufrió una caída injusta. Mereció al menos empatar el partido. Más allá de ello, la buena noticia dentro del contexto de la derrota es que en la Recopa Sudamericana los goles de visitante no tienen un valor adicional y por ende, si gana por solo un gol la semana que viene en Brasilia, en el encuentro de vuelta, forzará los penales.

Juan Ignacio Minotti