La actuación de Defensa y Justicia fue memorable. Tanto en la ida como en la vuelta superó a un poderoso de Brasil que con mucho más presupuesto que funcionamiento y se alzó con su segundo título internacional. Le ganó al Palmeiras por 2 a 1 con goles de Braian Romero y Marcelo Benítez y luego, por penales, se impuso 4 a 3.

Raphael Veiga, de penal, había convertido el 1 a 0 para el conjunto paulista. El Halcón fue con decisión a buscar el resultado que necesitaba. No tuvo temor de plantarse arriba en una cancha amplia y contra un rival de jerarquía.

De hecho en varias oportunidades insinuó y hasta pudo tener una opción nítida antes de los 5 minutos, cuando Braian Romero se tiró a la derecha, desbordó a su marcador y asistió a Walter Bou que llegó con ventaja sobre su marcador pero le erró a la pelota.

Sin embargo, al igual que buena parte del primer tiempo en Florencio Varela, quedó expuesto atrás. El modo de juego del equipo hace que sea necesario que haya poca distancia entre líneas, por ende, con Defensa decidido a atacar, sus defensores se ubicaron en mitad de cancha con muchos metros a las espaldas.

A los 14, otra vez, el equipo de Sebastián Beccacece se perdió una oportunidad única. Tras un centro fácil, al arquero Weverton se le escapó la pelota y Francisco Pizzini recibió la pelota picando de frente, pero la tomó muy mordida y la tiró increíblemente afuera. Sin embargo, el conjunto argentino empezó a fallar en la salida.

En la primera ocasión, el árbitro cobró una falta en ataque que no existió, pero en la segunda, Rony robó, se metió en el área y Fernando Meza le cometió un penal que el árbitro cobró a instancias del VAR. Raphael Veiga, con un zurdazo firme, lo cambió por gol y complicó aún más a Defensa.

Cada contraataque del Palmeiras pasó a ser un suplicio para el Halcón. Rony, con su velocidad y su enorme capacidad de pique hizo desastres en el fondo visitante. Pero, del mismo modo, el campeón de la Sudamericana, generaba gran juego ofensivo. A los 31, otra vez se puso en partido.

Un gran pase de Matías Rodríguez encontró a Pizzini a la espalda del marcador de punta por derecha adentro del área y el ex Independiente centró atrás para que Romero, que tiene una parva de goles en el equipo de Varela, nuevamente convierta y empate el partido.

Defensa redondeó un primer tiempo buenísimo en ataque pero defensivamente flojo en la marca. No solo por el riesgo razonable al que se expuso por atacar, sino también por errores individuales que pusieron seriamente en peligro la serie.

El equipo de Varela salió al segundo tiempo incluso mejor que en la primera parte. Confirmó el planteo en ataque y pareció resolver las dificultades en la salida, con una jugada específica que repitió mucho. Matias Rodríguez bien abierto por la derecha metió permanentes pases largos pero bajos para que Pizzini corra contra el córner y le gane la espalda a su marcador, Matías Viña.

De ese modo tuvo un par de situaciones concretas que no pudo terminar Romero. El equipo argentino se hizo enorme en Brasil y jugó con la soltura de un experimentado. A los 23, en una acción muy particular, el conjunto paulista se quedó con un hombre menos.

Viña, que la había pasado muy mal en defensa, presionó en ataque, le robó la pelota a Adonis Frías y cuando se iba hacia el área el hombre de Defensa lo derribó. En la caída el uruguayo de Palmeiras le dio una patada innecesaria en la espalda al defensor visitante. Leodán González, otra vez con ayuda del VAR, expulsó al jugador del local.

Extrañamente, con un hombre más el equipo argentino fue menos peligroso. Dejó de crear por el sector derecho y se quedó sin ideas. Los centros que intentó tirar fueron imprecisos y no podía crear ninguna acción de riesgo.

Pero en el tercer minuto de adición, Benitez, defensor que ha hecho muchos goles en el semestre, convirtió un tanto fantástico. Aprovechó un rebote a la salida del área y sacó un misil de zurda que le venció las manos a Weverton. Después de hacer una serie de altísimo nivel, el Halcón consiguió agónicamente forzar el alargue.

El tiempo extra arrancó a pura polémica. A los dos minutos el defensor de Palmeiras Gustavo Gómez quiso cubrir la pelota y le dio un manotazo en el rostro a Miguel Merentiel. La pelota estaba en juego y era penal para el equipo argentino, que el árbitro uruguayo no sancionó.

Y en la jugada inmediatamente posterior, tras un pelotazo sin destino, Unsain salió imprudentemente y derribó a Rony también en el área, y en este caso, el árbitro sí cobró penal. El arquero se apuró innecesariamente porque la pelota se perdía por el fondo.

Tras la acción se produjo una trifulca en la zona de los bancos por una supuesta burla de hombres de Palmeiras. El árbitro, que tuvo una pésima actuación, expulsó a Romero con una falta de tacto notoria.

Gustavo Gómez se hizo cargo del segundo penal y Unsain enmendó su error. Tapó un flojo tiro contra su palo derecho para agregarle condimentos más a un partido dramático. En el rebote el propio Gómez fue a buscarla y le cometieron infracción cuando quiso patear, pero esta vez, el referí obvió la acción. Nada más pasó en el alargue.

Llegó el ingrato momento de decidir una serie tan batallada por penales. En la definición, los jugadores de Defensa ejecutaron con mucha violencia y por eso lograron derrotar al arquero brasileño que acertó constantemente los palos.

Luiz Adriano y el propio Weverton fallaron en sus ejecuciones. El primero estrelló su remate en el palo mientras que el segundo la tiró por sobre el travesaño. Este último remate disparo significó el título para el Halcón.

El equipo argentino logró una consagración absolutamente histórica. Desde 2015 el campeón de la Sudamericana no se imponía en la Recopa. Y Defensa y Justicia jugó como un equipo enorme.

Con un planteo muy valiente fue superior a su rival en el trámite de los dos encuentros y logró un nuevo título en tres meses. El proyecto del equipo de Varela crece día a día desde su ascenso en 2014. En este caso, el equipo conducido por Beccacece escribió una de las páginas más doradas de la historia de la institución.