De a ratos, frecuentes ratos, se sintió vergüenza ajena. Si el debate entre los candidatos porteños fue flojo, lo que se vio anoche entre los candidatos bonaerenses pareció una comedia. Los profesionales que trabajaron en el coaching deben sentir una fuerte decepción: la articulación de las frases en la mayor parte de los casos, se asemejó más a una balbuceo. No hubo contenido ni tampoco envase.