De a ratos, frecuentes ratos, se sintió vergüenza ajena. Si el debate entre los candidatos porteños fue flojo, lo que se vio anoche entre los candidatos bonaerenses pareció una comedia. Los profesionales que trabajaron en el coaching deben sentir una fuerte decepción: la articulación de las frases en la mayor parte de los casos, se asemejó más a una balbuceo. No hubo contenido ni tampoco envase.

Si alguna persona pensó en modificar su voto por lo que vio ayer, se encontró con un problema insoluble, porque si decidía dejar a su candidato, no tenía donde ir. Y todos repitieron una modalidad claramente subestimatoria del electorado: las pocas propuestas que esbozaron no eran de simples candidatos a diputados, eran iniciativas totalmente genéricas y solo realizables si eran electos para el ejercicio de la suma del poder público.

Diego Santilli empezó demasiado estructurado, tratando de no dejarse sacar de sus temas, parado en las clases que no hubo y  en la inseguridad. Durito, siguiendo un libreto, pero tampoco pudo explicarlo con fluidez. El primer bloque, en el que el debate fue poco intenso y pudo explayarse, no logró ser claro. Ni un poco. Después, su rival, Victoria Tolosa Paz, consiguió sacarlo de tema, lo llevó a debatir, casi con facilidad, desde el lugar de quien viene de otro distrito, y allí, la descompaginación del discurso fue completa.

Tolosa Paz, justamente no fue mejor. Atacó, también con problemas serios de oratoria que no se le habían detectado en otras oportunidades. Le quiso cargar a Santilli ser Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, y estar en Provincia sin conocerla porque lo mando Horacio Rodríguez Larreta.

Debate: Santilli-Tolosa Paz

Pero esa fórmula esta probado que no sirve, la intentaron toda la campaña previa a la primaria y así resultó. Trajeron un exitoso consultor español que le hizo saber que eso no servía, y todavía así, no pudieron correrse de esa temática como exclusivo argumento electoral. Y por fin, que Santilli viene de la Ciudad lo saben todos y lo han votado igual.

Cuando se cruzaron y se hicieron preguntas entre ellos, ya por el final, casi que no se entendió lo que preguntaban. Quizás por eso, cada uno respondió a las preguntas cualquier otra cosa fuera de la consigna determinada por el requerimiento.

José Luis Espert tampoco se llevó mucho. Tenía como objetivo atacar a los principales candidatos buscando debatir con ellos y "comerle" votos. No lo consiguió, no fue hábil, lo ignoraron un rato largo y cuando le respondieron, solo logró mostrarse irrespetuoso y falto de ideas. 

Debate: Espert-Del Caño

Curiosamente, Florencio Randazzo y Cinthia Hotton fueron los dos mas articulados, los que tiraron alguna que otra idea que se puede rescatar, los que pugnaron por un trabajo conjunto de la clase política para salir de la crisis. Pero tampoco fueron claros ni se los puede decretar ganadores de nada. Randazzo fue de menor a mayor, al principio no se le entendía absolutamente nada, problemas de oratoria, quizás de nervios. Después mejoró un poco. Hotton siguió una línea crítica y a la vez contemporizadora, tal vez menos coacheada y más natural, sin entrar en los cruces violentos, su estilo tal vez, y su bajo nivel de votos, hizo que nadie se preocupe por atacarla.

Debate: Randazzo-Hotton

En definitiva, el debate no dejó nada, pero nada. Los candidatos se mostraron peor de lo que lo venían haciendo, menos seguros, menos firmes, con menos ideas. Incluso como espectáculo fue bastante triste.