La palabra final puede tener diferentes connotaciones. Significa alcanzar una meta, lograr un objetivo, coronar una etapa. Suele decirse que se cierra un ciclo, pero la vida continúa, hasta que se produzca el final de la misma, que también suele ser un paso más, quizás el último, excepto para los que creemos que hay vida más allá de la muerte y existe la reencarnación. El verano va llegando a su fin. Termina. Ya había cantado su final. De pronto le roba terreno y calendario al otoño. El final del amor en una pareja puede desencadenar situaciones no deseadas, donde se hace difícil la convivencia, y seguramente la decisión más sana es la separación para que todo concluya en buenos términos, sin necesidad de llamar a la Línea 144. Sin que se llegue al peor final, como el caso de Paola Córdoba, que cansada de los malos tratos, le puso fin a la vida de su esposo con 185 puñaladas. Liberada junto a su hija, aunque la violencia de género en un calvario sin paz no justificaba jamás el crimen cometido en José C. Paz. La palabra final nos puso siempre a prueba, desde adolescentes, cuando debíamos rendir un examen con esas características, en las que reprobar ponía en serio riesgo el siguiente ciclo lectivo, especialmente si nos habíamos llevado la tan complicada materia a marzo. Hay veces que alguna experiencia nos genera tanto placer y disfrute que no queremos que llegue el final. Justo puede ser nuestro caso, que jamás hubiéramos deseado el final del ciclo en esta casa, justo en marzo, y justo el 31. Prolijos hasta ahí, porque generalmente, las temporadas de los programas se terminan con el final del año. Llegamos a Continental un 10 de mayo de 2015 y no llegamos a redondear los 4 años por poquito, a pesar de que estábamos en la recta final. Hubieran sido como 4 años de gestión, porque llegamos con el final del gobierno de Cristina, atravesamos las 3 elecciones nacionales para describir desde este aire la consagración en segunda vuelta del actual Presidente, en lo que fue aquella contienda electoral final con Scioli. Redondeábamos nuestro primer año Continental cuando asumía Macri y nos vamos con el final de la gestión convertida en una auténtica Macrisis.