Son tiempos de crisis de los partidos tradicionales en España. Hace un tiempo, Podemos, una expresión de centroizquierda mas activa, puso en jaque al antiguo Partido Socialista Obrero Español (PSOE), aquel que llevó a la presidencia del gobierno a Felipe González.

Ahora es el tiempo en que la que cruje, es la centroderecha tradicional, siempre representada por el Partido Popular (PP), porque enfrenta una amenaza directa que se radicalizó hacia la derecha mas rígida y le devora preferencias entre el electorado, cada día.

En una encuesta difundida ayer por el Centro de Investigaciones sociales, el actual presidente del gobierno Pedro Sánchez, del PSOE, tiene un 31,3% de intención de voto, seguido justamente por el hombre del PP, Pablo Casado que ostenta un 17,9% de las preferencias.

¿Porque semejante diferencia tratándose de dos partidos que peleaban siempre palmo a palmo? La explicación es VOX y su líber Abascal. El partido ultraderechista, cosecha el 15% de las preferencias, en crecimiento y acercándose a quitarle al PP el rol de oposición.

Podemos, la vieja amenaza del PSOE, esta alicaído, tan solo con el 9% de electores con intención de votarlos. La política en España es un tembladeral, hace muy poco tembló el sector progresista con amenaza de radicalización hacia un extremo. A Pedro Sánchez le costó una enormidad formar gobierno. Ahora la que tambalea es la derecha, a manos de un sector claramente xenófobo y radicalizado, como VOX.