El año pasado, ante la mera amenaza y los primeros casos, el gobierno decidió el aislamiento absoluto. Todos adentro, por cuatro meses de modo estricto y punitivo. Se llegaron hasta a secuestrar los vehículos de quienes salían sin permiso del Estado. Y un par de meses más, con algunas libertades y muchas restricciones.

Los seis meses de confinamiento casi absoluto destrozaron la economía y la psicología de la gente. El gobierno, después de mucha inquietud social lo entendió y hoy sabe que volver a encerrar a la gente con un cerrojo policíaco, conlleva un costo político irremontable.

Ahora bien, los caos están creciendo, con lógica. Por la época y porque todos nuestros vecinos están alcanzando picos de alta gravedad. Chile, Brasil y ahora también Uruguay. Y, por otro lado, el gobierno bonaerense reconoció y el porteño asumió, que ya casi no quedan vacunas. No hay pinchazo para prevenir y la bola de nieve del coronavirus amenaza con arrollarnos. La cuestión vacuna es grave.

Es cierto que hay problemas de producción y, por ende, de abastecimiento en todo el mundo. Pero el Estado argentino cerró acuerdos con solo tres productores: Astrazeneca que proveyó unas 500 mil, Rusia mandó 2,5 millones de Sputnik V y llegó otro millón de vacunas chinas, en total 4 millones de vacunas que requieren dos dosis, es decir, suficientes para menos del 5% de la población.

Existen muchos laboratorios produciendo, con los que el país no tiene o ha cortado relación, entre ellas Pfizer, que proveyó a Chile, Moderna, Novavax, Johnson & Johnson, etc. Y desde el gobierno se espera exclusivamente, que los chinos y los rusos tengan la bondad de cumplir lo pactado.

Por otro lado, médicos cercanos al Ejecutivo vienen advirtiendo sobre calamidades por venir de máximo dramatismo. Luis Cámara, médico que asesora al presidente, mencionó que entre mayo y junio estaríamos en los 10 mil muertos por mes. Un pronóstico escalofriante.

¿Qué respuesta darle al Coronavirus? La enfermedad nos dió el respiro del verano, y el otoño nos encuentra sin haber resuelto nada tres meses después. ¿Entonces? Si los casos se multiplican y las muertes también como anuncian los asesores presidenciales, ¿Qué otra cosa hay en el horizonte que el confinamiento?.

Ya se evalúa en la Rosada, es la idea del ministerio de Salud: cierre total de fronteras y todos a casita otra vez. Piensan en períodos cortos, de 15 días y ver que pasa. Pero esa era la idea también en marzo 2020 y terminamos 6 meses guardados. La confianza social acabó su crédito. Solamente sembrando el pánico va a poder lograrse obediencia. Ah! En 5 meses hay elecciones, unas cruciales para el futuro del gobierno.