A Independiente le cuesta todo. Le costó afuera de la cancha, con la hostilidad de las autoridades brasileñas y la falta de comunicación entre el club y la CONMEBOL, y le costó adentro contra un rival de escasos recursos.

Comenzó 2 a 0 con dos tantos de penal, de Jonathan Herrera el primero y de Alan Velasco el segundo, pero Thaciano y Luiz Otavio se lo empataron. Sobre el final pudo perderlo, pero Sebastián Sosa atajó un penal. Más allá del pobre nivel, el punto le sirve.

El equipo brasileño arrancó con mucho ímpetu. Acorraló al Rojo, y tuvo una clarísima de pelota parada, el gran flagelo que Julio César Falcioni nunca pudo solucionar. El arquero Sosa se lució con una atajada contra su palo izquierdo. Pero, tras los primeros cinco minutos, el equipo argentino salió del asedio y tuvo su chance con un derechazo de Gastón Togni que apareció solo por detrás de todos en la izquierda.

La postura del equipo que dirigió Cesar Velázquez fue clara: primero esperar, luego asegurar la pelota y recién después empezar a elaborar juego. En algún momento el Rey de Copas se adueñó de la posesión, pero las más claras de la primera mitad fueron de Bahía.

A los 33, Rodriguinho metió un centro desde la derecha y Gilberto a la carrera definió pero se encontró con otra brillante tapada de Sosa. Y dos minutos después, el mismo delantero tuvo una clarísima, prácticamente mano a mano, que otra vez atajó el uruguayo.

Cuando la primera mitad se terminaba, Alan Velasco pudo prosperar por primera vez de manera individual. Se metió al área amagando de izquierda a derecha y lo derribaron. Jonathan Herrera, goleador de la Copa Sudamericana, convirtió desde los 12 pasos y puso en ventaja al visitante.

En el entretiempo Togni le dejó su lugar a Braian Martínez y el Rojo se rearmó con Alan Soñora más atrás y por izquierda. Justamente al “Chaco” Martínez, a los cinco minutos del segundo tiempo, le cometieron un nuevo penal.

Bajo la lluvia torrencial, encaró por izquierda y jugó con Velasco. Tras la pérdida de este, llegó nuevamente para puntearla y lo derribaron. En este caso, el 10 de Independiente ejecutó el disparo y convirtió.

Cuando el Rojo parecía más afianzado en el encuentro, Rodriguinho pateó de muy lejos, entre Sosa y el palo rechazaron, pero el rebote le quedó manso a Thaciano para que solamente la empuje.

Durante un largo trecho poco sucedió. La cancha tenía grandes charcos de agua, el juego se hacía difícil e Independiente mantenía el partido lejos de su área.

Pero, a falta de ocho minutos, a Independiente se lo empataron a partir de un córner. Cada vez que al Rojo le jugaron por arriba, la jugada termina en gol o en una atajada del arquero. Ni una sola vez pudo prevalecer en el juego aéreo. Luiz Octavio ganó de arriba tras un centro de Alesson y empató.

Y dos minutos más tarde, Sosa le cometió un penal a Douglas. Parecía que todo se le desmoronaba a Independiente nuevamente, pero Sosa corrigió su error y le atajó el tiro penal a Gilberto.

El equipo de Avellaneda sufrió el final aunque también pudo ganarlo. La sensación del final es ambigua, se le escapó un 2 a 0 insólito ante un rival casi sin virtudes que se lo llevó por delante con muy poco, pero consiguió el punto que fue a buscar y continúa como puntero del Grupo B.

Más allá del trámite que puede dejar una mala sensación, tras todo lo vivido al llegar a Brasil, se trajo lo que necesitaba.