Fue una fecha definitiva. No sólo para el futuro concreto de los equipos de la Copa de la Liga, sino también para el destino de cada uno de los procesos que se lleva a cabo en los clubes. Para muchos, la clasificación era una obligación y por ende, quienes la consiguieron respiran aliviados y quienes no, se ven inmersos en una crisis. El gran ganador, el gran perdedor, las sorpresas, el Superclásico y todo lo que dejó la última jornada de la primera fase.

Racing e Independiente se vieron ante circunstancias similares: ambos tenían que ganar y esperar otros resultados. Sin embargo, la Academia, y sobre todo su entrenador, Juan Antonio Pizzi, fueron los grandes ganadores de la jornada. Al ex DT de la Selección de Chile lo querían afuera desde hace tiempo los propios dirigentes del club.

Sin embargo, cada vez que se presenta un encuentro en el que puede decidirse su suerte, el equipo obtiene un buen resultado. En este caso, Racing no sólo ganó, sino que se impuso por dos tantos ante un equipo que también se jugaba la clasificación y que tan solo con un empate aseguraba su pasaje a los cuartos de final, como San Lorenzo.

El conjunto de Pizzi se hizo cargo de su situación de desventaja, superó y dominó al rival, y tuvo uno de los mejores encuentros del año. El buen rendimiento se suma a otras actuaciones como ante Colón por torneo local y San Pablo por Copa Libertadores, donde jugó de manera correcta.

A esta altura debe corregir su irregularidad, dado que en el medio también jugó pésimos partidos ante Sporting Cristal en Avellaneda y frente a Central Córdoba en Santiago del Estero. Además, va a tener que enfrentar al equipo que más puntos sumó en la fase inicial: Vélez.

El derrotado en ese partido es el gran perdedor de la jornada. A San Lorenzo todo se le desmoronó, porque si bien a nivel internacional no le ha ido nada bien, con el triunfo de la semana pasada frente a Godoy Cruz, a nivel local parecía totalmente acomodado. Con empatar se aseguraba no solo la clasificación, sino el 3° puesto de la zona. Pero incluso, si perdía por 1 a 0, hubiese clasificado por mayor cantidad de goles a favor que Racing.

El Ciclón salió a especular, a jugar con el empate y se lo llevaron puesto. Pero luego, no tomó como favorable el 1 a 0 en contra y no lo defendió, fundamentalmente porque una victoria de Rosario Central, con ese resultado propio, lo eliminaba. Pero, el Canalla cayó por 4 a 1 contra Platense.

La derrota significó para el conjunto de Boedo una eliminación durísima, que se suma a la sufrida frente a Santos en Copa Libertadores y a los pésimos resultados que obtuvo hasta ahora en Copa Sudamericana. Como consecuencia, Diego Dabove renunció a la dirección técnica del club. Más allá de eso, hay muchos rendimientos individuales a revisar.

Independiente obtuvo un triunfo importante para su historia reciente. Si bien parece exagerado calificar de ese modo a una victoria frente a un eliminado y flojo Huracán, el Rojo no se enfrentaba ante el Globo, sino ante una circunstancia decisiva y ante un pasado flácido en tales instancias.

Durante los últimos largos años, el Rey de Copas falló en muchos partidos clave: ya sea para entrar decididamente en la lucha por un campeonato, para clasificar a una copa o para permanecer en algún torneo.

Con muchos jóvenes de buena proyección, que fueron llamados a dar la cara, no tanto por la convicción en sus demostradas capacidades, sino por la dramática situación económica del club, el equipo dio una muestra de carácter. Además, otros futbolistas como Lucas Romero, Sebastián Palacios, Fabricio Bustos y, fundamentalmente, el capitán Silvio Romero, que habían sido parte de decepciones importantes en encuentros pasados de similares características, tuvieron su revancha.

De hecho, Romero la tuvo en el propio partido, ya que en el primer tiempo tuvo responsabilidad en el gol de Huracán, por bajar tarde a ayudar defensivamente y un minuto después desperdició una chance inmejorable y en la segunda mitad convirtió un golazo de tiro libre que significó el 2 a 1.

Otra de las grandes noticias del fin de semana, fue la confirmación del Superclásico en los cuartos de final. Con su bajísimo nivel, aún teniendo en cuenta que puso suplentes, y su derrota ante Patronato, Boca había dejado la puerta abierta para que Talleres se apoderara de la segunda colocación de la Zona B.

Sin embargo, el conjunto cordobés perdió merecidamente ante Lanús e incluso se expuso a la eliminación, que se hubiese dado si Unión hubiera convertido un gol más para ganar el clásico ante Colón.

El Xeneize, con esos resultados quedó segundo. Y River, que debía ganar para asegurar su pasaje a cuartos de final, no solo lo hizo, sino que además, a partir de la derrota de San Lorenzo, se quedó con el tercer lugar del grupo.

El Millonario no tuvo grandes dificultades para imponerse a Aldosivi en El Monumental, aún con la sensible baja de Enzo Pérez por un cuadro gastrointestinal. Casi sin sufrir, se impuso por 3 a 1. Por eso, como tan pocas veces pasó en la historia, pero tantas en los últimos años, habrá un Superclásico de eliminación.

Más allá de la enorme cantidad de especulaciones que puedan hacerse respecto de quien es el favorito y quien tenía más ganas de volver a cruzarse con el histórico rival, el encuentro exige mucho, en una semana importante para ambos en la Copa Libertadores.

Varios clubes terminaron su participación en el campeonato con una decepción. Rosario Central, más allá de ser un equipo con muchos juveniles y sin tanta obligación, tenía todo servido para pasar de fase si le ganaba a Platense, ya eliminado y en el último partido de su entrenador, Juan Manuel Llop, y perdió feo, por 4 a 1.

En otros casos, la desilusión no se debe a esta última fecha, sino al torneo en general. Lanús superó claramente a Talleres y le ganó, pero pese a apostar todo por la clasificación a nivel local, se quedó afuera y está complicado en la Copa Sudamericana.

Newell’s cerró el campeonato como el peor equipo. Ni con Frank Kudelka ni con Germán Burgos la Lepra consiguió un rendimiento acorde a su historia, pero tampoco a su plantel actual. Si bien es cierto que tiene una brecha generacional entre futbolistas muy jóvenes y otros de experiencia, en el fin de su carrera y que la situación económica de la institución no permite que lleguen muchos refuerzos, no tiene ni por asomo la peor plantilla de la Primera División, como los resultados hicieron parecer.

Con el regreso de jugadores como Pablo Pérez e Ignacio Scocco algunos hasta lo consideraban como un candidato en la Copa Diego Armando Maradona. Tras aquel flojo torneo, nadie lo ponderaba de tal modo para este, pero poco lo imaginaban último.