El primer tiempo fue un enredo, casi a la medida de Chile. El equipo trasandino clavó una última línea de cinco defensores y puso a trabajar a sus mediocampistas para evitar que Brasil lo desborde. La verdeamarelha, a priori, se comía a los chicos crudos, cuando empezó el partido con cuatro delanteros: Neymar, Gabriel Jesús, Richarlison y Roberto Firmino.