La nueva escalada con grupos palestinos arruinó el regreso a la normalidad tras gran campaña de vacunación; dos mujeres israelíes murieron por los misiles lanzados desde Gaza, donde se registraron 26 muertos.

El ataque por aire se produjo luego de que desde Gaza se estuvieran lanzando cohetes hacia Jerusalén, donde fue evacuada la sede del Parlamento de Israel mientras sonaban las sirenas.

Las tensiones entre israelíes y palestinos se exacerbaron durante los últimos días, llevando a que en Jerusalén se produjera el peor brote de violencia en años. Hamas había amenazado con atacar Israel luego de que más de 300 palestinos resultaron heridos este lunes en enfrentamientos con la policía israelí en Jerusalén. Cayeron más de 300 misiles en Israel, el 90% de ellos fue interceptado por la Cúpula de Hierro y se prevé que la violencia continúe por varios días.

El Jefe de Estado Mayor, Aviv Kochavi, aseguró que todas las unidades deben prepararse para una campaña “de duración indefinida”. Por su parte, Israel comunicó que había matado, al menos, a 15 militantes de Hamás.

"Hemos comenzado, y repito comenzado, a atacar objetivos militares en Gaza", dijo el portavoz de las fuerzas israelíes, teniente coronel Jonathan Conricus. Fuentes de Hamás aseguraron que el comandante de Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, Mohammed Abdullah Fayyad, había fallecido en el ataque. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, afirmó que Hamás había "cruzado una línea roja" y que su gobierno respondería "con gran fuerza".

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que Hamas necesitaba poner fin a los ataques con cohetes "inmediatamente". "Todas las partes deben reducir la escalada", agregó.

La razón fundamental de la renovada violencia es la historica ya que todavía está la herida abierta del conflicto no resuelto entre judíos y árabes que ha arruinado y acabado con vidas palestinas e israelíes durante generaciones.

Este último episodio ha ocurrido debido a la tensión en Jerusalén, la ciudad que constituye la parte más aguda del conflicto. Los lugares sagrados de la Ciudad Vieja son símbolos nacionales y religiosos. Las crisis que los afectan han provocado violencia a menudo.

Los factores desencadenantes de lo que ha sucedido esta vez incluyen el control policial israelí de mano dura sobre los palestinos durante el Ramadán y los controvertidos esfuerzos de los tribunales israelíes para desalojar a palestinos de sus hogares.

Sin embargo, otros eventos podrían haber tenido el mismo efecto. Se trataba de una crisis a la espera de explotar, en un conflicto que, una vez más,se ha permitido que se agrave. Los líderes de ambos bandos se han concentrado en salvaguardar sus propias posiciones.

El mayor desafío, hacer la paz, no se ha abordado con seriedad durante años. Desde entonces, Israel se anexó esa parte de la ciudad, en una decisión unilateral que no ha sido reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional. Los palestinos, por su parte, reclaman Jerusalén Este como capital de su futuro Estado y consideran que las celebraciones israelitas como una provocación.