Occidente inició la guerra comunicacional cuando, utilizando los viejos medios de comunicación como aliados de su propaganda política-bélica, empezó a anunciar la inminencia del ataque ruso a Ucrania. Sesudos analistas instalando que enfretabamos a una monstruo criminal, atroz e invasor, poniendo en marcha una maquinaria de comunicación propia de la guerra fría, utilizando canales a los que ya casi nadie le cree, porque no canalizan el diálogo social sino un discurso unidireccionado