Hace muy poco el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, defendió la apertura de los comercios, especialmente los gastronómicos, frente al avance del gobierno nacional que pretendía controles horarios mas rígidos. Incluso, una de las disputas que lo alejó del presidente Alberto Fernández, fue el decreto que reglamentó el cierre de esos locales a las 23 hs. como dispuso el gobierno nacional. Larreta ordenó que los que estuviesen adentro, podían permanecer hasta las 24 hs. Fernández se lo facturó en público.

Pero ahora el jefe de gobierno esta viendo que el remedio es peor que la enfermedad. Cerrar a las 20 hs. como se indicó en el último decreto, implica que la gente se amontona al mediodía y por la tarde, especialmente los fines de semana.

Dentro del gobierno dicen con resignación: "bancamos las aperturas para que la gente pueda trabajar, pero después la propia gente se amontona toda y arma un desastre", y es cierto, pero ¿como salir del encierro?

El gobierno porteño busca cerrar sin decir que cerró, ir a un confinamiento pero comunicándolo de otro modo, porque su base electoral estalla si se desdice de todo lo que argumentó hasta la semana pasada.

Pese al decreto emitido por Larreta, las clínicas privadas no cedieron una sola cama de terapia intensiva que las que disponían antes de la medida del jefe de gobierno, y ordenarles de algún modo el cumplimiento es muy complejo, jurídica y políticamente.

"¿Que hacemos, allanamos las clínicas y desalojamos a los enfermos no Covid? El decreto fue casi un súplica, no podemos hacer nada", dijo a Continentalweb un funcionario porteño.

Esa situación genera que centenares de personas que solventan sus prepagas todos los meses, lleguen enfermos a la clínica que les corresponde y sean rechazados por falta de camas. De ahí a un hospital público y las camas se van terminando.

La provisión de oxígeno es un problema en la misma línea y si bien no hay una crisis tan aguda como en Provincia al respecto, se va en camino a eso.

Larreta y su equipo tienen en mente una bateria de restricciones adicionales, que se parecen mucho a una vuelta al confinamiento, pero quieren comunicarlas de otra manera y por ahora, no encuentran el modo.