Gabriel C., de 35 años, fue víctima de varios episodios de pornoextorsión. El empleado municipal de la localidad de Trevelin, Chubut, recibió en su celular una serie de mensajes de un número desconocido que le enviaba capturas de pantalla de un chat de WhatsApp. Para su sorpresa, se trataba de una conversación entre una persona con su foto de perfil y una mujer, donde se intercambiaban fotos al desnudo. Se trataba de una conversación falsa que nunca sucedió.

Poco después, Gabriel C. recibió el llamado de un hombre presentándose como fiscal de la provincia, que exigía dinero o sino le "iba a arruinar la vida", denunciándolo con la municipalidad y sus familiares. Gabriel pagó varias veces a los estafadores, hasta que cuando le pidieron 220 mil pesos se negó y los acosadores lo denunciaron ante la Justicia chubutense por pedofilia.

En la investigación llevada a cabo por el fiscal Carlos Richeri, Gabriel pudo demostrar que, en realidad, había sido víctima de una estafa y que la conversación era completamente falsa. Los responsables eran una banda dedicada a realizar este tipo de extorsiones, con múltiples víctimas en su historial y millones de pesos obtenidos como botín.

“Cuando uno repasa la historia completa, por supuesto que encuentra huecos en la historia que armaron los estafadores. Visto con tranquilidad, sería fácil darse cuenta del engaño. Pero hay que ponerse en el lugar del hombre y entender su desesperación”, aclaran desde la (verdadera) Justicia chubutense.

En cuanto a la investigación para dar con los estafadores, aún no hay novedades. Sin embargo, la vida de Gabriel C. ya fue afectada ya que entró en una profunda depresión que, hasta el día de hoy, no le permite salir de su casa, ni volver a su trabajo en la municipalidad.