Los partidos tradicionales han decepcionado a la gente en todo el mundo, por eso, las expresiones con un aspecto mas "indpendiente" empiezan a dar sorpresas electorales. Pero casi ningún sistema en el mundo da participación a los realmente independientes, los sistemas electorales se encuentran "atados", para que los partidos políticos monopolicen el poder.

Pero eso no ocurre en Chile, de hecho, en las últimas elecciones de convencionales constituyentes, el 60% de los votos fue a manos de candidatos independientes que claramente derrotaron a los partidos, que se repartieron entre todos, el otro 40%.

Mañana, esa tendencia podría consolidarse y enviar un mensaje a toda latinoamérica. En principio, puede parecer una elección de interés local. Pero lo cierto es que la contienda es observada de cerca por analistas y expertos pues sus resultados pueden incidir fuertemente en el futuro político del país.

En este contexto, la votación del domingo cobra especial relevancia, pues mostrará si ese cambio en las preferencias políticas de los chilenos se mantiene o no. Y esto es aún más importante si se considera que faltan apenas cinco meses para la elección presidencial, prevista para el 21 de noviembre.

Una de las regiones que genera mayor expectación es la Metropolitana (que incluye la capital, Santiago), donde compite un postulante de centroizquierda y con una vasta experiencia en puestos de poder, Claudio Orrego, contra la candidata apoyada por el Partido Comunista (PC) y por el Frente Amplio (FA) —una coalición de izquierda que irrumpió hace un par de años y que ha desafiado la hegemonía de los pactos tradicionales—, Karina Oliva. A esta contienda se le denomina la "batalla de Santiago".