A esta altura de un torneo con la relevancia de la Champions League todos los partidos son atractivos. Sin embargo, desde el sorteo quedó claro que, por historia y presente, el choque entre el Real Madrid y el Liverpool era el gran partido de los cuartos de final.

El equipo español se impuso como local por 3 a 1 con dos goles de Vinicius Jr. y otro de Marco Asensio y sacó la ventaja en el primer duelo. Mohamed Salah descontó y dejó la serie abierta para la vuelta. El Merengue asumió el protagonismo desde el primer minuto.

Se hizo cargo de su localía e hizo circular la pelota con el fin de quitarle ritmo a los de Jürgen Klopp, con Karim Benzema como eje de juego, tanto de frente como de espaldas. Marco Asensio, desde la punta izquierda se tiró hacia el centro para asociarse con Luka Modrić y Toni Kroos y de ese modo generar superioridad sobre Fabinho y Naby Keita.

Al conjunto inglés le costó, a partir de todo esto, imprimirle su ritmo habitual al partido. Sin embargo, las pocas veces en las que lo consiguió mostró una velocidad adicional. Para el Liverpool, la apuesta por el contraataque, por las características de sus delanteros, pudo ser muy productiva. Sin embargo, al que tomaron mal parado y con una pelota larga a la espalda de los defensores fue al equipo rojo. A los 27 Kroos puso un pase exquisito de 40 metros por arriba de Nathaniel Philips y Vinicius Jr. controló de pecho hacia adelante y definió sin dudar contra el palo derecho de su compatriota Alisson.

El local mantuvo el dominio y tuvo alguna otra oportunidad con el propio Vinicius Jr. Incluso, debieron cobrarle un penal a favor por infracción de Ozan Kabak sobre Benzema que los jueces no vieron. Y a los 35, otra vez con la misma fórmula que para el primer tanto, encontró el segundo.

En este caso, tras un pase largo, Tren Alexander-Arnold cometió un error grave al querer cerrar de cabeza hacia adentro y asistir a Asensio quien definió con una categoría formidable. La tiró por encima de Alisson con sutileza y la fue a buscar para tocar hacia la red. Sobre el final del primer tiempo ingresó Thiago Alcántara en el conjunto visitante y se percibió un primer atisbo de cambio, que se profundizó en el inicio de la segunda mitad con la postura exageradamente retrasada del Real Madrid.

El conjunto español lo pagó caro rápido: Georginio Wijnaldum rompió líneas con su conducción y tras una disputa de Diogo Jota la pelota derivó en Salah y el egipcio convirtió el descuento. El gol de visitante no aplacó al equipo inglés. Por el contrario, lo motivó y el encuentro se hizo de ida y vuelta y muy entretenido. Cambió la dinámica y fue el equipo de Klopp el que construyó ataques más pacientes y colectivos y el de Zinedine Zidane el que pegó mediante ráfagas.

A los 20 del segundo tiempo y tras un lateral, nadie marcó a Modrić quien se metió con suma tranquilidad en el área y asistió a Vinicius Jr., que a la altura del punto del penal definió otra vez muy bien para el 3-1. Liverpool insistió pero con menos lucidez que en el arranque del segundo tiempo.

El Merengue se refugió, apostó por la simpleza para no meterse en problemas solo y con eso le alcanzó. A pesar de todo, la serie está abierta. El equipo de Zidane se llevó un gran triunfo del Alfredo Di Stéfano, pero al campeón de la edición 2019 le alcanzará con un para nada imposible 2 a 0 en Anfield.

En otro de los encuentros de cuartos de final, el Manchester City debió trabajar muchísimo para ganarle como local al Borussia Dortmund, sobre el final, por 2 a 1. Kevin De Bruyne abrió la cuenta, Marco Reus empató para los alemanes y Phil Foden, en el minuto 90, definió el encuentro. Una serie más que queda sin definirse y aún con menos conclusiones, de cara a la vuelta en Alemania.