El consumo masivo en Argentina sigue experimentando una marcada disminución debido al impacto de la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, que se ha agravado en los últimos meses. En medio de esta situación, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha iniciado una disputa en relación a las promociones y la flexibilización de importaciones de productos de la canasta básica.

Los supermercados han registrado una caída del 8,3% en las ventas en unidades durante febrero en comparación con el mismo mes del año anterior. En la semana del 4 al 10 de marzo, se observó un retroceso del 9% interanual. Se estima que la mayor presencia de productos importados tardará al menos entre uno y dos meses en reflejarse en las góndolas.

En el sector se observa una tendencia a la búsqueda de productos sustitutos más económicos por parte de los consumidores. Asimismo, se han detectado cambios en los hábitos de compra, como una mayor preferencia por productos como leche en polvo en lugar de postres lácteos, o manteca en lugar de snacks.

En respuesta a esta situación, el Gobierno está acelerando la flexibilización de las importaciones de productos de la canasta básica. Se han implementado medidas como permitir a los importadores pagar en 30 días y suspender la percepción de impuestos por un período de 20 días. Se espera que la mayor presencia de productos importados se refleje en las góndolas en los próximos meses, principalmente provenientes de Brasil.

Por otro lado, el ministro Caputo ha instado a las empresas a reducir los precios en lugar de ofrecer promociones, en un intento desesperado por contener o disimular la inflación. Asimismo, el Gobierno sigue pisando la actualización del dólar oficial, con el mismo objetivo. Las empresas productoras están evaluando cómo ajustar sus precios en un contexto de fuerte caída del consumo, con la expectativa de una posible recuperación en el segundo semestre.

La incertidumbre económica actual plantea desafíos tanto para las empresas como para los consumidores, y se espera que el panorama se aclare en los próximos meses en función de las políticas macroeconómicas que se implementen y la evolución del poder adquisitivo de la población.