El primer ministro británico Boris Johnson, que ha recibido una presión muy fuerte por parte de los medios, su pueblo y parlamentarios de su país para tomar una posición más extrema contra los ataques de Rusia a Ucrania, acusó a Vladimir Putin de cometer crímenes de guerra. En una sesión de la Cámara de los Comunes, aseguró que se usaron municiones contra la población civil.

"Lo que ya hemos visto del régimen de Vladimir Putin, en el uso de las municiones que ya han estado lanzando sobre civiles inocentes, en mi opinión ya califica plenamente como un crimen de guerra", dijo, en referencia puntual a los ataques con bombas de racimo.

Además, aseguró que Rusia cometió "un grave error de cálculo" respecto de la supuesta sencillez de la invasión a Ucrania: "Ha subestimado la extraordinaria fortaleza de los ucranianos y la unidad del mundo libre para hacer frente a su barbarie". Vadim Pristaiko, embajador ucraniano en el Reino Unido, presente en el recinto, recibió una ovación de parte de los parlamentarios tras las palabras de Johnson.

Por último, el primer ministro instó a los miembros de Naciones Unidas, que deberán votar esta tarde en Nueva York, a solicitar la retirada de las tropas rusas: "La Asamblea General de la ONU votará más tarde hoy y pedimos a todas las naciones que se unan a nosotros para condenar a Rusia y exigir a Putin que devuelva sus tanques a casa".