El hecho de que Independiente se encuentra en una pésima situación económica, ha sido muy mal administrado y tiene una parva de deudas, es de público conocimiento. Durante los últimos días, circuló la información en algunos periodistas afines a la actual dirigencia de Boca de que el club iniciaría un reclamo en FIFA por una deuda que existe por parte del Rojo por el pase de Pablo Pérez y por los derechos de formación de Juan Sánchez Miño.

El rumor tiene un fin claro: que el club de Avellaneda le conceda el viejo anhelo de venderle en un bajo costo a Fabricio Bustos. La deuda asciende a más de 650 mil dólares y tiene larga data. Se estableció un plan de pagos y el Rojo lo incumplió como consecuencia de la gestión que lo ha llevado a la debacle financiera total.

Además, en ese marco, hay muchos otros incumplimientos más urgentes de los cuales la dirigencia debe hacerse cargo. Sin embargo, es muy poco habitual que entre clubes de un mismo país se lleve un conflicto ante la FIFA. Quienes alegan que eso sucederá sostienen que a Boca le hace falta dinero y notan que desde Independiente solo pagan aquellas deudas que llegan al límite de una sanción deportiva o una inhibición, lo cual es cierto.

Pero no menos cierto es que, a pesar de que al Xeneize le sobra poco económicamente, la cifra en cuestión no le mueve la balanza y mucho menos para romper relaciones institucionales con otro club grande de la Argentina. Además, existe una relación personal entre el presidente del club de La Ribera, Jorge Amor Ameal y Hugo Moyano, quien sigue siendo presidente del Rojo aunque no esté en funciones, tanto como entre los vicepresidentes de ambos clubes, Pablo Moyano y Juan Román Riquelme.

La intención es clara: mediatizar una presión, que no se cumplirá efectivamente con el objetivo de obtener a Bustos, a quien el club de Avellaneda no quiere vender dentro del fútbol argentino.

Más allá de que Independiente esté en todo su derecho de vender a quien quiera su futbolista y por el precio que considere, sin presiones de un aparato bien diseñado de por medio, el propio jugador es el que en más de una oportunidad se ha negado a negociar con la institución Xeneize. Sin embargo, harán un nuevo intento con las armas que sean necesarias.