Las fotos de un centro de inmigrantes en Dona (frontera con México) que albergaría 1.000 personas en estados inadmisibles, fueron divulgadas por el congresista por Texas Henry Cuellar y generaron un escándalo. 

Desde que asumió su cargo en enero, el presidente de Estados Unidos Joe Biden ha eliminado algunas de las restricciones migratorias decretadas por Donald Trump y muchos críticos lo responsabilizan por el incremento de inmigrantes indocumentados en las últimas semanas. 

En concreto, el gobierno de Biden suprimió la política de devolver a México a los menores no acompañados, cuyos casos en la actualidad son procesados dentro de territorio estadounidense. 

Trump, justamente, fue muy criticado por la severidad con que eran tratados los menores que llegaban a la frontera y eran separados de su familia. En conjunto con México y Guatemala, el gobierno norteamericano quiere poner foco para abordar las causas fundamentales del problema, que incluyen la pobreza y la violencia generalizadas en Centroamérica. 

Además, las imágenes de Donna, supuestamente capturadas el fin de semana, muestran a los menores sentados juntos, lo que genera preocupación por una posible falta de distanciamiento social durante la pandemia de coronavirus. 

Según activistas proinmigrantes también han dicho que las personas alojadas en el lugar no han tenido acceso adecuado a jabón o alimentos. Durante una rueda de prensa el lunes, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que hay una preocupación especial sobre el aumento en la llegada a Estados Unidos de menores no acompañados por adultos. 

"Los niños que se presentan en nuestra frontera huyendo de la violencia, huyendo de la persecución, huyendo de situaciones terribles, no se trata de una crisis", destacó Psaki. "Creemos que es nuestra responsabilidad abordar con humanidad esta circunstancia y asegurarnos de que se les ponga en condiciones que sean seguras", cerró.