En diálogo exclusivo con #Continentalweb, el representante por Frente de Todos en la Ciudad Matías Barroetaveña, no ocultó su irritación después de las repetidas imágenes que se vivieron en el templo del boxeo donde personas mayores de 80 años hicieron largas filas al rayo del sol esperando su dosis.

“Lo sucedió ayer, además de provocar bronca, indignación y tristeza, constituye una situación de riesgo sanitario para miles de personas que durante un año se mantuvieron aisladas esperando la vacunación”, comentó el legislador.  

“Esto no es un hecho excepcional porque es algo que se viene dando desde el comienzo de la pandemia. Cuando explotaron los casos en los barrios vulnerables y en las villas de la Ciudad, fue el gobierno nacional que se hizo cargo e implementó el Plan Detectar para controlar la situación”, destacó Matías Barroetaveña.

 El legislador porteño no solo se refirió a la desorganización en el emblemático edificio. “Antes de la llegada de las vacunas, hicieron una campaña anti vacunación, poniendo en duda especialmente la de origen ruso. Cuando se hizo el esquema y la planificación de las inyecciones, hubo grandes diferencias. La Provincia de Buenos Aires generó una página donde se pudieron registrar más de 2.500.000 personas, permitiendo una clasificación no solo territorial y geográficamente, si no también epidemiológicamente que trajo buenos resultados. La Ciudad optó por un sistema que colapsó e hizo que más de 100 mil personas mayores de 80 años tuvieran que disputarse un lugar”, afirmó.

Por último, Barroetaveña señaló la distribución de las dosis y los grandes contrastes entre lo privado y lo público en Capital Federal.

“Hoy sabemos que el  17 % de las vacunas se derivaron a prepagas seleccionadas por la Ciudad y que hay más de 60 mil vacunas sin aplicar de las casi 280 mil unidades que tienen. Todavía no se vacunaron los 40 mil trabajadores de la salud y personas de 80 y 90 años deben esperar horas y horas, mientras algunos lo hicieron cómodamente en ámbitos privados donde deben pagar cuotas de $ 40000 por mes. Es algo que nos tiene acostumbrado la Ciudad, no solo en salud, sino también en educación donde hay diferencias entre lo privado y lo público. Hay falta de humanidad porque no se tuvo en cuenta a personas con discapacidad, y todo el riesgo que trae el traslado cuando tuvimos un año cuidando la movilidad esencial”.