Durante el Día de Luto por la reina Isabel II este jueves, miles de ciudadanos australianos, en su mayoría parte de las comunidades indígenas, salieron a las calles para marchar en contra de la monarquía británica, exigiendo que se rompa cualquier vínculo con esta. 

Los protestantes mostraron su rechazo frente a la actitud “destructiva” por parte de la corona británica hacia las comunidades nativas del país cuando arribaron hace más de dos siglos. "La monarquía debe ser abolida, debería haber sido así hace muchos años (…) La gente de las Primeras Naciones dentro de Australia todavía está luchando por sus tierras tradicionales. Exigimos que devuelvan esas tierras a los dueños”, afirmó Paul Silva, un activista indígena que participó en una movilización.

Tanto la capital australiana, Canberra, como Sidney y Melbourne fueron las ciudades centrales para la concentración de manifestantes. De igual manera, en Canberra, los manifestantes se juntaron cerca de una estatua de la reina Victoria, en el centro de la ciudad, antes de marchar por las calles.

“Creo que la monarquía debe ser consciente de que hay asuntos pendientes aquí en Australia (…) La monarca no es motivo de luto, es algo para que nuestra gente se regocije", señaló por su parte Gwenda Stanley, una manifestante del pueblo aborigen gomeroi, que también pidió la devolución de tierras de los nativos y el reconocimiento de “crímenes de guerra”.

Al igual que Australia, muchos países que siguen bajo la influencia británica han aprovechado la muerte de la reina para exigir su independización con la corona. Entre ellos se encuentra las Bahamas, Jamaica, Antigua y Barbuda, Belice, Granada, y San Cristóbal y Nieves.