Resulta preciso entender algo que es relativamente simple: nadie puede delegar facultades que no tiene. Yo no puedo designar un apoderado para que compre y venda mis acciones de Microsoft, porque no tengo acciones de Microsoft.

Del mismo modo, el Congreso no puede delegar en el presidente facultades que no le son propias y las facultades que no delegaron las provincias en la Nación, no es posible que las delegue quien no las detenta, en este caso el Congreso.