Promueven quitar los crucifijos dentro de las salas de audiencias públicas. “Dentro de los juzgados, en el despacho del juez, si él quiere tenerlo es su cuestión. Queremos reforzar que el Estado es laico y por lo tanto las creencias religiosas deben quedar fuera de lo que es el ámbito público para no ofender a nadie”, afirmó la jueza de la Corte Suprema de Justicia, Carmen Argibay.

“En la sala de audiencias de la Corte tenemos un crucifijo con una gran talla artesanal, es una obra que debería estar en un museo pero no en la Corte”, agregó.

“A la escuela del Estado también asisten chicos de cualquier religión”, advirtió la magistrada en alusión a promover la idea fuera de lo que es su ámbito también. “Estaban esperando que alguien tirara la primera piedra; yo soy siempre la primera que armo estos líos”, rió Argibay.

“Leí las declaraciones de un sacerdote que decía que el crucifijo no era el símbolo de una religión católica sino un símbolo de amor. Este tipo de dichos no los entiendo”, aseguró la magistrada.

Violencia de Género. “Tenemos las estadísticas de violencia doméstica que recibe la oficina de la Corte. En dos años, pudimos comprobar que esto es algo muy grave y se debe hacer algo. La mayoría de los casos tienen que ver con la pareja, la ex pareja o alguien relacionado con la familia. Para la mujer es mucho peor saber que la mayor inseguridad la tiene dentro de su casa”, señaló Argibay.

En ese sentido, remarcó que “lo cierto es que estos casos muchas veces se ocultan y no se sabe que las muertes son por esas causas. No hay estadísticas muy seguras. Tenemos hace más de un año la Ley de Protección Integral contra la Violencia y la oficina que creó la Corte exclusivamente para la mujer. También realizamos un mapa de género en la justicia y somos minoría en los cargos más altos. Esto hace hincapié en la inequidad en los sitios donde se concentra la toma de decisiones. Trabajamos en la justicia con perspectiva de género”.

Penas e inseguridad. “Con elevar las penas no se resuelven las cosas. Deberíamos tener una mayor cantidad de programas de inclusión social, hay muchos que se quedaron afuera a partir de la crisis de 2001. Muchos no tienen posibilidades de acceso al trabajo y pierden toda noción de lo que vale una vida. Esto se refleja en conductas violentas”, enfatizó la magistrada.

Aborto. “Es un tema que Argentina debe debatir porque está en condiciones de hacerlo. Tiene que darse la oportunidad”, concluyó.